Posted by : Unknown
domingo, 3 de abril de 2016
Guerrilla
y paramilitares
La guerrilla de las FARC inició a comienzos de la década de 1980 los primeros movimientos en relación
al cultivo y tráfico de drogas. La
inclusión de la guerrilla en el narcotráfico supuso otro problema, no solo por
haberse consolidado como una organización narco guerrillera, sino también por
el hecho de haber implementado las denominadas «vacunas» o impuesto
revolucionario. Según varios informes relacionados en materia de
seguridad, el grupo armado ha llegado a cobrar $ 40 000 dólares mensuales
por el funcionamiento de los laboratorios y cerca de $ 20 dólares por cada
kilogramo distribuido, sea por vía terrestre o fluvial.
Con la
desmovilización de las Autodefensas
Unidas de Colombia (AUC) a
mediados de 2006, las denominadas Bandas
emergentes en Colombia (BACRIM) retomaron
el control de todas las actividades criminales dejadas por el grupo paramilitar
y varios narcotraficantes. La conformación de estas organizaciones insurgentes
ha dejado centenares de víctimas, y ha desestabilizado varios sectores del
comercio. Se cree que en 406 municipios de Colombia operan las bandas
criminales y que éstas han logrado una alianza estratégica con otros grupos y
bandas criminales como Las FARC, el ELN, entre otros. La alianza obedece
principalmente al cultivo y tráfico de drogas, una tarea que genera ingresos y
sostiene las finanzas de estas organizaciones. Según el gobierno colombiano, las
BACRIM "las ven como carteles del narcotráfico, que las combate
exclusivamente la Policía y está demostrado que son bandas con capacidad
militar, campamentos, armas, estructura jerárquica y aliados con la
guerrilla".
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