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domingo, 3 de abril de 2016
EVOLUCIÓN DE LOS PARAMILITARES
Aunque algunos de los nodos son más importantes que otros, como
el nodo de mando de los Urabeños, en cabezado
por el jefe militar, Darío Antonio Úsuga, alias "Otoniel", la
eliminación de cualquier nodo no conducirá necesariamente a la caída de los
otros nodos en la red, ni va a resultar en nada distinto a la interrupción
temporal del flujo de drogas hasta que la red se reconstruya a sí misma y llene
el vacío. Los traficantes de drogas de hoy en día, algunos de ellos hijos de
los pioneros en el comercio que trabajaron junto a Escobar, tienen más
probabilidades de estar armados con un iPad que con una Uzi.
Uno de los problemas que la policía tiene hoy en día es su
identificación. Como escribió el ex jefe de la Policía Nacional, el General
Óscar Naranjo (el arquitecto de muchas de las mejoras de Colombia en la recolección de inteligencia en
la lucha antinarcóticos): "la mafia se fue volviendo
prácticamente invisible". Muchos de los nodos de la red
criminal son narcotraficantes individuales con un pequeño grupo detrás de
ellos, que utilizan a las BACRIM como protección y sacan provecho de los
servicios que ofrecen, incluyendo el control de corredores de movimiento
internos y la aseguración de los puntos de salida.
No es sólo la estructura de las
actuales organizaciones de narcotráfico la que provocaría que Escobar hiciera
una pausa para pensar. Mientras que él ganó casi todo su dinero en la
exportación de cocaína, hoy en día las
BACRIM tienen un portafolio criminal mucho más diverso, participando en la extorsión, la minería
ilegal de oro, los juegos de azar y elmicrotráfico, traficando
marihuana e incluso drogas sintéticas, así como cocaína y sus derivados. Escobar nunca vendió
drogas a los colombianos para el consumo. Ahora las BACRIM y sus filiales están
inundando las ciudades de Colombia con una increíble variedad de
narcóticos ilegales.
Medellín sigue siendo la capital
del comercio de la cocaína en Colombia y esta ciudad, situada en un valle en
los Andes, ha pagado un alto costo en sangre por este título no deseado.
Durante los días de Escobar, la tasa de homicidios en Medellín fue la más alta
en el mundo. Desde entonces, los asesinatos se han dado en cortos periodos de
intensa actividad, como cuando las AUC "tomaron" la ciudad bajo Don Berna, con el más
reciente episodio de lucha como resultado de la extradición de Don Berna en 2008. De 2009 a julio de 2013 se
estima que 7.000 personas murieron en las guerras de la mafia de Medellín, ya
que diferentes rivales trataron de reclamar el trono criminal de Don Berna como jefe de laOficina de Envigado, para
convertirse en el sucesor del Cartel de Medellín que fundó Escobar.
Ahora se ha establecido una "paz"
entre criminales en la
ciudad. En octubre de este año, Medellín registró su tasa de homicidios más
baja en tres décadas, gracias a una tregua negociada en julio entre elementos
rivales de la Oficina de Envigado y los poderososUrabeños, quienes han
estado ejerciendo presión desde las afueras de la ciudad, aprovechando las
divisiones al interior de la mafia de Medellín. Las pandillas callejeras, los
combos que alguna vez sirvieron de sicarios y que mataban en el nombre de
Escobar, se han controlado, al menos por ahora. Los términos de la tregua
prometen la muerte para aquellos que violen las condiciones de participar en
asesinatos no autorizados.
Como siempre, Medellín está a
la vanguardia de la evolución del hampa en Colombia. Ahora los grupos
BACRIM, la Oficina de Envigado y los Urabeños están trabajando juntos para
proporcionar protección y servicios para una nueva generación de
narcotraficantes. Esta nueva generación es muy clandestina, con los traficantes
simulando ser jóvenes emprendedores o empresarios exitosos, altamente
calificados.
Los narcotraficantes de hoy en
día no se centran exclusivamente en el mercado de Estados Unidos, el cual está
dominado por los mexicanos. En cambio, han estado desarrollando nuevos mercados
en Europa, muchos trabajando con la mafia italiana, o han establecido sus
operaciones en otros países de Latinoamérica, aprovechando el enorme mercado
interno de Brasil o el creciente mercado de Argentina. El crimen
organizado colombiano ha migrado al extranjero y ha llevado consigo su
experiencia criminal. Todos los días se presentan detenciones de colombianos
vinculados con el tráfico de drogas en países comoPerú, España, Bolivia, Argentina e incluso más allá.
La industria que Pablo Escobar
inició se ha transformado tanto en los últimos 20 años, que incluso el propio
Patrón no la reconocería fácilmente. Y la cocaína sigue fluyendo.
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